Editorial: El FMI y la pérdida de soberanía en la Argentina
Escrito por fmnv el 29 abril, 2025
Por Alejandro Nonini
En los últimos meses, el debate sobre el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha ocupado un lugar central en la agenda pública. Sin embargo, para muchos ciudadanos, este tema parece abstracto, ajeno a su vida cotidiana. La realidad es que las condiciones impuestas por el FMI impactan directamente en el bolsillo, el empleo y el futuro de todos los argentinos.
Una deuda que no cesa
Desde principios de este año, se habla de un nuevo préstamo del FMI, que se sumaría a los 57 mil millones de dólares aprobados durante el gobierno de Mauricio Macri. De ese monto, solo ingresaron 45 mil millones, utilizados en gran parte para financiar la especulación financiera y la fuga de capitales, en un proceso reminiscente de la última dictadura militar.
El acuerdo de 2018, respaldado por el entonces presidente Donald Trump, fue el más grande otorgado a un solo país en la historia del FMI. Lejos de investigar esta deuda, como prometió en campaña, el gobierno de Alberto Fernández la legitimó al renegociar los plazos de pago. Hoy, el actual gobierno repite la historia: cambia deuda en pesos por deuda en dólares, sometiéndose a condicionamientos que profundizan la crisis.
Los condicionamientos que nos ahogan
El FMI exige, en primer lugar, el equilibrio fiscal y la reducción del gasto público. Esto ya ha tenido consecuencias devastadoras: despidos masivos en el sector público, recortes en salud, ciencia (como el CONICET), cierre de medios como Télam, y la paralización de obras esenciales. La educación también sufre, con el congelamiento de fondos para universidades nacionales y el abandono de infraestructura crítica, como las rutas y las obras energéticas en Ushuaia.
Además, el organismo impulsa una reforma laboral que flexibiliza aún más las condiciones de trabajo, permitiendo jornadas extendidas sin pago de horas extras y despidos sin indemnización. En un país con salarios ya depreciados, esto solo profundiza la precarización.
El sistema previsional también está en la mira: el FMI propone congelar jubilaciones, eliminar moratorias y aumentar la edad jubilatoria, mientras promueve el regreso de las AFJP, un sistema que ya demostró su fracaso en los años 90.
La entrega de la soberanía
El FMI no es un simple acreedor; es un instrumento de la política exterior estadounidense que busca controlar nuestros recursos naturales y las rutas geoestratégicas, como los pasos bioceánicos y el acceso a la Antártida. Al ceder la soberanía monetaria, el FMI decide el valor del dólar y la emisión, condicionando nuestra economía.
Esta injerencia afecta todos los aspectos de la vida: el precio de los alimentos, los servicios, el empleo, la infraestructura y hasta la posibilidad de jubilarse dignamente. La reciente declaración de Cristalina Georgieva, representante del FMI, pidiendo el voto por el oficialismo, evidencia la intromisión descarada del organismo en nuestra política interna.
Conclusión
El acuerdo con el FMI no es una solución, sino una condena. Es la confirmación de que este gobierno no gobierna para el pueblo, sino para los intereses de un organismo que prioriza el pago de la deuda sobre el bienestar de los argentinos. La soberanía nacional no se negocia, y es hora de exigir políticas que pongan fin a este ciclo de dependencia y ajuste.